lunes, 12 de noviembre de 2012

EL PLACER DEL EGOISMO

Me dijeron hace poco que todo lo que había vivido y aprendido estos años en Perú no me servía para nada en mi vida en España. Me callé la boca y lo pensé.
 
El año 2000 decidí viajar a Cusco, regresar a un proyecto que conocí de pasada. Barajando fechas de ida y vuelta,  decidí optar por un billete abierto a 12 meses, pues no sabia el tiempo que necesitaria, pero estaba decidida a que fuese una experiencia significativa en mi vida.
 
No sabia si en uno, en tres o en ocho meses, la experiencia absoluta de entrega a los demás saciaría mi sed de dar, de sentirme útil, de ayudar, de sentirme parte de un mundo que lograse interesarme. No sabía la bestial capacidad que tiene el ser humano de, una vez decidido a dejarse llevar y a sentirse libre, optar por el camino y volcarse absolutamente en él. Nunca, nada en mi vida lo había vivido con tantísima fe y convicción y nunca sentí mi vida tan vida ni tan viva.
 
De repente, estas vivo, formas parte de un todo-todo en el que todas las piezas son importantes, no sobran piezas como siempre tuve la sensación en España. Y comienzas a trabajar, a ver, a aprender, a superar, a querer, parece que comenzaras de nuevo a sentir y todos los nombres de sentimientos conocidos se llenasen de emociones intensamente desconocidas y puras. Literalmente, comencé a vivir.
 
Pero es cierto. Doce años después y casi diez meses en España "nada de lo aprendido en Perú me sirve para la vida aquí", según un ser querido.
 
Nada de nada me sirve para asumir amistades que miran hacia otro lado cuando les hablo de hambre, frió y miedo. Y tampoco nada me sirve para callarme ante comentarios superficiales, necesidades veleidosas y experiencias triviales. Nada me sirve cuando me veo con personas cuyo único objetivo es estar y mantener, que nada hacen por "hacer".
 
Me preguntan por cómo están los niños de Cusco, manteniendo la segunda o tercera copa de 8 euros (24 euros al menos) en la mano, y ponen carita de pena cuando les respondo "mal, muy mal, estamos pasándolo mal por falta de dinero, nos faltan ayudas y mas apoyo. Necesitamos mas socios", y me responden.. "Ya chica, te comprendo, con esta crisis todos estamos pasándolo mal. Yo pensé en hacerme soci@ hace unos años pero ahora con esta crisis pues imposible, ya me dirás."
 
De manera  que sigo siendo una inadaptada, pero somos muchos los que sentimos así y quiero llamaros para hacer un poco mas. Contagiar vuestro entusiasmo y vuestra fe en el proyecto para conseguir mas socios de 6, o 10 o 1000 euros al mes, pero ayudanos a crear mas compromiso alrededor y generar cierto "desprendimiento".
 
Cambiar el gasto realizado inconscientemente en algo innecesario en la inversión consciente y necesaria en un proyecto vital para los niños y trabajadores de El Hogar de las Estrellas.
 
Te aseguro con absoluta certeza que, egoistamente, ayudar es un inmenso placer......