martes, 20 de septiembre de 2011

TENER MIEDO

A veces, solo podemos extender la mano, acariciarles el pelo, intentar mirarle a los ojos.

A veces, conversar con la asistente social, dar mil excusas y saber, tener la clara conciencia de que no estan escuchando lo que tu quieres decir y solo desean que albergues a la niña o al niño porque ya han intentado antes albergarlos en todos los hogares posibles de la Region.

Ir a ver a una menor que esta siendo reiteradamente abusada por su padrastro y saber que si no la aceptas, regresara a casa con su padrastro y su mama, quien no ha denunciado al padrastro pues tiene otros hijos e hijas y no puede perder a su hombre por "esta hija suya tan problematica". La Fiscalia no encuentra donde albergar a la menor, no la aceptan en ningun hogar por ser diferente y no tener los medios para atenderla.
Y al siguiente dia, te encuentras con otro caso similar, una niña fragil, pequeña, delgada, a la que te gustaria agarrar en tu regazo para siempre, pero ni tan siquiera te atreves a acercarte para tocarla, darle un abrazo, cuando sabes que lo que necesita es cariño pero no te atreves a darle falsas esperanzas, ni a ella, ni a ti.

 A veces, la exposicion constante a emociones tan intensas no te lleva a ser mejor persona pues tu instinto de supervivencia te ayuda a protegerte. Pero a protegerte en ese instante, en ese momento, no horas despues cuando en tu casa pasas dias y dias sin dormir pensando en los ojos de aquella niña y en los restos de esperanza que a ti te parecia que albergaban.

Inevitablemente me pongo a repasar mentalmente las posibilidades de externar a alguno de los niños del hogar, pienso en sustituir a uno por otro, y ese pensamiento es tan terrible como la frustracion de no poder alejar a las niñas del peligro y la tortura de sus vidas.

Despues llego al hogar. Las compañeras llevan dos meses sin tener su sueldo, estan desesperadas, son madres, hijas, compañeras y tampoco pueden en sus casas resover los problemas de sus familias.
Y las deudas el Colegio, la alimentacion, los alquileres.

Todo esto va transformandose en miedo.

Miedo dentro de ti, por como necesitas protegerte para continuar caminando con la mirada fija en lo que por justicia deberia suceder.

Miedo en cada parte de mi ser, al mirar los ojos de esas niñas que no podremos cuidar, al mirar los ojos de esas compañeras que no estan pudiendo llevar a sus hijos al doctor,o  no estan cumpliendo los pagos de sus hijos en el colegio, o los alquileres de sus casas.

Miedo en mi, al convivir con la indolencia en tal grado, con la dureza de la realidad que alejada de la justicia te recuerda esas plegarias medievales en las que le pedias con temor a Dios cuidado y proteccion.. a Dios, cuando nosotros, hombro con hombro, piel con piel y corazon con corazon, no somos capaces de cuidarnos y protegernos unos a otros...

Nunca sera suficiente, es cierto, pero siempre podemos hallar la manera de hacer algo mas. Los que ya participamos, los que no tienen clara su intencion, los que no se animan del todo a hacerse socios o voluntarios, y los que se acercan a nosotros por primera vez.

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