sábado, 30 de junio de 2012

CARTA DE UN VOLUNTARIO...GRACIAS!!!!

Después de 137 días, unos 25.000 km en avión, autobús, coche, taxi legal, taxi ilegal, maletero del taxi, taxi de 5 con 10 personas, mototaxi, motocarro, moto, bici, combi (furgoneta con 30 personas que sirve de metro), caballo, andando, ...corriendo, en el remolque de un camión, en balsa, canoa, barco, bote y catamarán y después de dormir en unos 27 sitios distintos regresamos a casa.
Después de visitar una maravilla del mundo moderno, el lago navegable más alto del mundo, el epicentro de la biodiversidad mundial, el segundo cañón más grande del mundo, vestigios de una cultura impresionante, después de ver un Apu de 6400 metros desde 5200 metros de altura, después de cruzar casi todo el desierto peruano y llegar al santuario de los manglares y conocer la segunda ciudad más grande del mundo ubicada en un desierto.
Después de ver aves, muchas muchas aves, serpientes, arañas, caimanes, monos, llamas, alpacas, vicuñas, leones marinos,...selva alta, selva baja, bosque seco, manglares, reservas naturales,...
Hemos ayudado en todo lo que hemos podido, a los que veníamos a ayudar y a los que no, y el precio ha sido muy alto, ya que lo que más pesa en un viaje tan largo es la distancia que te separa de tus seres queridos. A pesar que internet te conecta a ellos, no deja de ser el tráiler de una película que te gustaría ver. Sin embargo, lo que nos llevamos compensa esta “morriña” que ha estado presente cada día de nuestra aventura porqué la Pacha Mama nos ha dado el cariño de mucha gente. El de una familia que nos ha mostrado su apoyo y gratitud por nuestra labor con una estancia genial y muy amistosa en el Cusco. El de unos niños preciosos, encantadores, listos, divertidos,… que dejamos en el Cusco con el corazón roto por no saber si nunca los volveríamos a ver y dejarlos en unos momentos difíciles para la organización y sus trabajadoras y trabajadores. Otros niños y niñas que se están cuidando en la selva para que puedan ir al colegio cada día y que son unos auténticos Mowglis con sobredosis de energía. Para todos estos niños el deseo que encuentren más gente como nosotros y los demás voluntarios que hemos aportado nuestro granito de arena, y más gente que les apoye desde su casa de la manera que sea porqué viviendo esta experiencia te das cuenta de que un quilo de arroz no es solo un quilo de arroz.
Nuestro granito de arena para otro proyecto que trata de recuperar lo que el hombre un día destruyo y concienciar a la gente de que otra manera de trabajar las tierras en la selva es posible. Respetar la naturaleza es respetarse a uno mismo y hay gente por ahí que lo tiene muy claro. Paro todos ellos, los que están de paso y los que llevan mucho tiempo nuestra gratitud por su labor y por tratarnos como una familia.
Para la gente del Perú, la gente de nuestra tierra y la de otros países que sin conocernos nos ha dado tanto y tanto, y no me refiero solo a cerveza, cenas, barbacoas, técnicas de macramé, remedios naturales, información,...estoy hablando de amistad, una amistad que difícilmente será representativa presencialmente pero que seguro pesará siempre en el tiempo porque los buenos momentos son difíciles de olvidar. Para todos vosotros muchas gracias de todo corazón.
Después de todo esto y mucho más regresamos a casa. Y la distancia que nos separa no ha permitido que desconectemos de los problemas por los que estamos pasando. No hablaré de esto porque la imagen que está dando el países pésima, lamentable y vergonzosa. Sabemos lo que tenemos y lo que valemos pero lo que nos representa es solo el futbol y la banda de mentirosos, estafadores, caciques e inútiles que nos gobiernan. A todos ellos los mandaba yo a vivir nuestra aventura, a poner un poco de corazón y pensar un poco en los demás.
Seguro el regreso será impactante, pero seguro la acogida de nuestra familia y amigos será espectacular. Por todo lo que se quedó, y por todo lo que está por venir, gracias, muchas gracias.

Foto: Después de 137 días, unos 25.000 km en  avión, autobús, coche,  taxi legal, taxi ilegal, maletero del taxi, taxi de 5 con 10 personas, mototaxi, motocarro, moto, bici, combi (furgoneta con 30 personas que sirve de metro), caballo, andando, corriendo, en el remolque de un camión, en balsa, canoa, barco, bote y catamarán y después de dormir en unos 27 sitios distintos regresamos a casa. 
Después de visitar una maravilla del mundo moderno, el lago navegable más alto del mundo, el epicentro de la biodiversidad mundial, el segundo cañón más grande del mundo, vestigios de una cultura impresionante, después de ver un Apu de 6400 metros desde 5200 metros de altura, después de cruzar casi todo el desierto peruano y llegar al santuario de los manglares y conocer la segunda ciudad más grande del mundo ubicada en un desierto.
Después de ver aves, muchas muchas aves, serpientes, arañas, caimanes, monos, llamas, alpacas, vicuñas, leones marinos,...selva alta, selva baja, bosque seco, manglares, reservas naturales,...
Hemos ayudado en todo lo que hemos podido, a los que veníamos a ayudar y a los que no, y el precio ha sido muy alto, ya que lo que más pesa en un viaje tan largo es la distancia que te separa de tus seres queridos. A pesar que  internet te conecta a ellos, no deja de ser el tráiler de una película que te gustaría ver. Sin embargo, lo que nos llevamos compensa esta “morriña” que ha estado presente cada día de nuestra aventura porqué la Pacha Mama nos ha dado el cariño de mucha gente. El de una familia que nos ha mostrado su apoyo y gratitud por nuestra labor con una estancia genial y muy amistosa en el Cusco. El  de unos niños preciosos, encantadores, listos, divertidos,… que dejamos en el Cusco con el corazón roto por no saber si nunca los volveríamos a ver y dejarlos en unos momentos difíciles para la organización y sus trabajadoras y trabajadores. Otros niños y niñas que se están cuidando en la selva para que puedan ir al colegio cada día y que son unos auténticos Mowglis con sobredosis de energía. Para todos estos niños el deseo que encuentren más gente como nosotros y los demás voluntarios que hemos aportado nuestro granito de arena, y más gente que les apoye desde su casa de la manera que sea porqué viviendo esta experiencia te das cuenta de que un quilo de arroz no es solo un quilo de arroz.
Nuestro granito de arena para otro proyecto que trata de recuperar lo que el hombre un día destruyo y concienciar a la gente de que otra manera de trabajar las tierras en la selva es posible. Respetar la naturaleza es respetarse a uno mismo y hay gente por ahí que lo tiene muy claro. Paro todos ellos, los que están de paso y los que llevan mucho tiempo nuestra gratitud por su labor y por tratarnos como una familia.
Para la gente del Perú, la gente de nuestra tierra y la de otros países que sin conocernos nos ha dado tanto y tanto, y no me refiero solo a cerveza, cenas, barbacoas, técnicas de macramé, remedios naturales, información,...estoy hablando de amistad, una amistad que difícilmente será representativa presencialmente pero que seguro pesará siempre en el tiempo porque los buenos momentos son difíciles de olvidar. Para todos vosotros muchas gracias de todo corazón.
Después de todo esto y mucho más regresamos a casa. Y la distancia que nos separa no ha permitido que desconectemos de los problemas por los que estamos pasando. No hablaré de esto porque la imagen que está dando el  país es pésima, lamentable y vergonzosa. Sabemos lo que tenemos y lo que valemos pero lo que nos representa es solo el futbol y la banda de mentirosos, estafadores, caciques e inútiles que nos gobiernan. A todos ellos los mandaba yo a vivir nuestra aventura, a poner un poco de corazón y pensar un poco en los demás.
Seguro el regreso será impactante, pero seguro la acogida de nuestra familia y amigos será espectacular. Por todo lo que se quedó, y por todo lo que está por venir, gracias, muchas gracias.

viernes, 29 de junio de 2012

Y LETI NOS HABLA TAMBIEN DEL HOGAR, GRACIAS

LA VOZ DE CHIQUI PARA EL VIDEO DEL 2009...

PAQUI HABLANDO DEL HOGAR

DESPEDIR A UNA ESTRELLA

Mi madre murió el cuatro de junio. Tuvo el último suspiro entre mis brazos, mientras le repetía que descansase en paz, que habia trabajado mucho, que se fuese a volar entre las estrellas y que cuidase desde dondequiera que esté de todas las estrellas de Cusco. Sus niños. A todos y cada unos los amaba como propios, y ese amor consigió que todos nosotros estuviesemos unidos.

Casi todos los que nos conoceis sabeis que mi madre no tuvo la posibilidad, aún dura y largamente peleada, de tener hijos biologicos.Yo llegué a sus brazos en el pasillo de un hospital. Ella esperaba junto a una amiga y me recogió de los brazos de una enfermera. La historia anterior la desconozco, pero lo que si aseguro es que la primera alegria que le dí a mi madre nacía de un profundo dolor en otra persona.

Quizás por eso, he vivido desde pequeña la entrega al prójimo más allá de parametros culturales, sociales o religiosos. Mi madre se deshacía con un nido caido del arbol, y a las cuatro de la tarde de cualquier dia de otoño, saliamos a la calle con la escalera para subirnos al arbol e intentar colocarle a la mama pajaro su nido y sus huevos como imaginabamos estaban antes. A veces, en dias de viento, llegaba a recoger tantos parajarillos sin plumas aún que parecian más cajas llenas de gusanos que de pajaros, pero ella los conseguia alimentar, enseñandoles a comer de su propia boca, y los pajaritos crecian y llegaban a volar fuera de la sala de nuestra casa.

Igualmente se daba a cualquier cria abandonada y en peligro. Tenia un instinto de ayuda tal, que era mas una necesidad, comparada con una generación como la suya que sobreviviendo a la guerra civil, resultaba normal, ahogar a las crias de gatos o de perros no deseadas, comer  pajaritos fritos y tirar de la cadena cuando el pez o la tortuguita dejaban de vivir.

He visto más de una vez a mi madre hacerle el boca a boca a un canario, revivirlo haciendole beber una gota de whisky, o salpicarle la cara con gotas de agua, y dormirnos juntas en el suelo esperando que nuestras perras pariesen.

Viví en la casa de mis padres hasta los trece años, y durante ese tiempo el ejemplo de entrega fué, por asi decirlo, cosa de niños. Amar, cuidar, proteger.

Cuando dejé la casa, la entrega de mi madre se direccionó hacia las personas, mayores, jovenes, con problemas, con dolor. Dedicó su tiempo por entero a catequizar, cuidar de enfermos y desarollar su lado artistico. Pintaba, hacia ceramica, iba al gimnasio, trabajaba en Horizonte, en la Asociacion contra el Cancer, en la Parroquia de la Divina Pastora, y pocas son las causas beneficas que le hayan pedido ayuda y se haya negado.

Depués nació el Hogar de las Estrellas Chaskawasy, y desde aquí, ha tocado cada puerta y ventana pidiendo para nuestros niños de Perú durante los ultimos diez años.

Su entrega a la vida ha sido absoluta. La razón, el porqué, lo desconozco. Parecia tener una fuerza sobrenatural, y si ella hubiese sido mi catequista, mi compañera, mi amiga, me sentiria muy orgullosa.

Deja un vacio terible en la vida de su esposo, de sus hermanas, en la vida de cada uno de los niños y trabajadores de Cusco por los que cada dia se lanzaba a la calle a pedir, a rogar, ayuda para ellos.

No es mi intención aquí rendirle homenaje a Paqui como mi madre, pero sí como persona que ayudó a los demas y dedicó su vida a crear un mundo mejor.