viernes, 17 de junio de 2011

ME PREGUNTABAN POR QUÉ PERÚ


Desde el año 2001 trabajo en Perú, concretamente en las zonas de Cusco y Madre de Dios. Tengo 40 años, soy adoptada, tengo dos hijos adoptados, soy abogado  y estoy soltera.
Llegue a Perú para trabajar unos meses en la Región de Ayacucho Sur, Puquio, para evaluar la viabilidad de intervenciones internacionales, De ahí, viaje a Cusco mas por casualidad que por placer.
Al llegar a Cusco conocí un hogar escuela para niños con discapacidad sensorial. Llame a la puerta y me invitaron a entrar. Era una casa colonial y el patio reflejaba silenciosa la vida del interior. Los niños no conocían el lenguaje de señas, no tenían ropas y jamás salían a la calle.
Regrese a España sin poder quitarme esta imagen de mi cabeza. La señora Pancha con varios niños alrededor, al costado derecho de patio, mirándome fijamente sin atreverse a cercarse y menos aun a permitir que les abrazara,
Regrese a Perú a los 4 meses, en Enero del 2001, decidida a ayudar a aquella señora Pancha, que siendo muy fuerte, llevaba cuidando sola a los niños, unos 20, mas de tres años sin descanso.
La señora Pancha sigue trabajando a mi lado y todos la queremos y respetamos como a una madre.
Me fije que no había ningún centro en Cusco, luego me entere que en todo Perú, que atendiera y acogiera a niños en abandono con múltiples discapacidades, y sin ninguna duda y con una inmediatez asombrosa decidí fundar el primero, seguro, de muchos mas. Mi iniciativa seria seguida por muchos otros al ver la evidencia de la necesidad y de la realidad.
A la fecha, ni el Estado peruano ni otras instituciones publicas o privadas nos han prestado apoyo de ningún tipo. La discapacidad es una lacra, algo vergonzoso, algo que no pertenece a esta sociedad.
Así, con algunos ahorros y siempre pensando en mi boleto aéreo de vuelta a España, trabaje duramente para constituir un hogar especial. Pero constituir un hogar no es construirlo, ni decorarlo, ni habitarlo ni llenarlo de niños.
Construir un hogar es crear un ambiente de amor dentro de la casa y de constante reto hacia la sociedad.
De no dejarnos pasear por la plaza de Armas de Cusco los domingos, pidiéndonos la policía que nos alejásemos de los otros niños pues las familias se asustaban, pasamos a generar pena, lastima y luego  indiferencia. Esto fue todo un logro y sigue siéndolo pues mi sueño no es solo crear un hogar para atender y darle una vida digna a un grupo de niños abandonados y enfermos.
No, mi reto es crear una posibilidad de vida para ellos, dentro y fuera del hogar, Mi reto es lograr que el Estado Peruano nos reconozca como ciudadanos y que tengamos los mismos derechos que los demás hogares para niños abandonados. No quiero más ni menos, solo quiero que comprendan los peruanos que, no pueden darle la espalda a la discapacidad, la enfermedad o la pobreza solamente porque les resulte desagradable y que, la discriminación, tanto negativa como positiva, envilece al ser humano y genera una oscuridad contagiosa.
El juzgado me envía a menores enfermos y abandonados, y cuando cumplen la mayoría de edad, la ley determina que salgan del Hogar.
Pretende que los deje en la calle, que los devuelva al abandono y los convierta en indigentes, si pueden sobrevivir a la violencia, al frio, a las redes de prostitución y venta de órganos, Cuando han vivido en nuestra familia diez años y ya saben que se siente cuando son queridos, respetados, cuidado y valorados devolverles al abandono seria emocionalmente mas duro que los riesgos físicos que asumirían,
Por ese motivo, decidí fundar el Hospedaje La Casa de las Estrellas, con una inversión personal y familiar, para que cumplir los 18 años no signifique una condena a muerte de los niños que enfermos han conseguido llegar  esa edad,
Quiero crear viviendas tuteladas, tener la curatela de los niños adultos del hogar que jamás podrán valerse por si mismos y trabajar en el hostal y en lo que sea necesario para poder proporcionarles una vida digna, tanto a los menores como a los mayores.
Quiero hacer ruido, que esta realidad salga a la luz y que el Estado y sus representantes, avergonzados, intervengan en nuestras condiciones de vida como sujetos de derechos, como ciudadanos, no solo de Perú sino del mundo,
Hemos contado con financiaciones en el ámbito jurídico, social, educativo y para la construcción del proyecto en el Manu con capacidad para 50 niños de familias desplazadas, en zonas de minería, petróleo y coca, que desean tener acceso a la educación.
Mis días serian imposibles de enmarcar en una rutina. Me levanto a las 6 para empezar a trabajar a las 7 y 15 cuando mando a mis hijos al colegio. A partir de ahí nada es seguro. Voy a los diferentes juzgados y fiscalías de menores para verificar e impulsar los procesos judiciales de mis niños, casi siempre recibo una o dos llamadas de la policía o de algún juzgado de fuera de cusco solicitándome cupo para un o una niña especial o rogándome acuda a una evaluación de algún menor en la Comisaria de Menores y ahí, saben ya, que me resultara imposible decir que no a un bebe o niños al que he visto y conocido, aunque no me hace falta ver a los niños para aceptarlos pues a nosotros nos llama el juzgado y la fiscalia solo cuando los niños han sido rechazados en todos los demas hogares de Cusco.
Los niños del hogar van a diferentes colegios según sus habilidades a desarrollar, salen del hogar a las 7 y media y regresan sobre las dos. Tras almorzar hacemos tareas, juegos, artesanías, pintura, musicoterapia, ahora shiatsu y baile,
Despues de las actividades de la tarde,  se duchan cenan y se acuestan.
Mientras, he estado con ellos, buscado financiación cada dia y a cada hora y pidiendo favores a todos los conocidos para ayudarnos en el hogar de las estrellas