martes, 3 de mayo de 2011

Una linda visita

Ayer tarde vino a casa a visitarme una pareja de neoyorquinos que se ha trasladado a vivir a Cusco.

Como algunos sabreis, este año he corrido el riesgo de matricular a dos de nuestros mas pequeños, joel y sara, con sidrome de down, en el que considero de los mejores colegios de Cusco, el Ausangate, que además es bilingue, español e ingles. La mama de una de las compañeras de clase de joel, Sam, se ha venido algunas mañanas a ayudarnos en el hogar con los niños, especialmente con joaquin, dany y libio, y aunque su ingles americano es veloz como el rayo, la paciencia y el corazon de sam hace que nos entendamos perfectamente con ella en el hogar.

Ha sabido de nosotros por joel. No podia imaginar que existiese un lugar como nuestro hogar en Perú. Primero porque por su cultura y el pais de donde vienen, los menores aun con discapacidad estan atendidos por el estado, y segundo, porque viviendo ya desde principios de año en Peru, entre Cusco y Lima, nunca se habian encontrado por la calle a niños enfermos abandonados, ya que por sus barrios no aparecen pobres al ser barrios residenciales.

De manera, que asi, vistos desde fuera, parecerian absolutamente lo contrario a lo que son. Desde que tuvieron conocimiento del hogar y de nuestra labor, no han dejado de visitarnos y elucubrar ideas de como podriamos mejorar o de como podrian ellos involucrarse. Ha trancurrido un mes desde nuestro primer contacto y cada dia me parece mas sorprendente.

Personas que llevan compartiendo nuestra vida durante años no han sentido en su corazon la necesidad imperiosa de participar sin ninguna duda de todos y cada uno de nuestros problemas.. Pasamos horas hablando de la salud de cada uno de los niños, de sus tratamientos, de sus ropas, de sus colegios, de sus antecedentes de sus avances... Por momentos se me saltaban las lagrimas. Estaba hablando de mi vida, del hogar, de nuestras carencias, de la fe en el futuro con dos autenticos desconocidos, que se acercaron tanto a nuestra realidad que por defecto y por segundos, llegue a dudar de sus verdaderas intenciones.

Pero es asi, afortunadamente la vida nos regala presencias y sentimientos que nos dan la fuerza que a veces olvidamos que tenemos, para seguir hacia adelante.